lunes, 7 de diciembre de 2015

RESEÑA: OBRA TEATRAL DE EDIPO REY

La gran curiosidad que posee el hombre puede llevarle a la perdición, como es el caso del protagonista Edipo que, investigando un crimen, no se detiene hasta llegar al final, que a la misma vez es el origen: él mismo es el asesino que anda buscando, y la victima es su propio padre, Layo. En esta investigación también descubre que comparte lecho con su madre Yocasta, teniendo descendencia de la misma. Esta obra refleja el poder del destino, que por más que intentemos evitarlo, siempre cumple su propósito.

Director: Alfredo Sanzol
Intérpretes: 
-Juan Antonio Lumbreras: Edipo.
-Eva Trancón: Coro y Yocasta. 
-Paco Déniz: Creonte.
-Elena González: Tiresias, Mensajero, Pastor y Antígona.
-Natalia Hernández: Sacerdote, Coro, Corifeo, Ismena y Sirviente.

Escenografía: Alejandro Andújar, Eduardo Moreno y Beatriz San Juan.
Vestuario: Alejandro Andújar.
Iluminación: Pedro Yagüe.
Sonido: Sandra Vicente y Enrique Mingo.
Música: Fernando Velázquez.
Producción: Nadia Coral.
Producción ejecutiva: Elisa Fernández.
Coordinación técnica: Eduardo Moreno y Pau Fullana
Ayudante de producción: Mario Álvarez.
Ayudante de producción: Pietro Olivera.
Construcción de escenografía: Scenik, Cledin, Sfumato y Mekitron.
Confección de vestuario: Ángel Domingo.
Coproducción: Teatro de la Ciudad y Teatro de la Abadía.

Introducción a la obra: 
Esta representación está inspirada en Edipo Rey, de Sófocles. Es una obra de fecha desconocida, pero escrita posteriormente al año 430 a.C.,  que trata de una serie de sucesos ocurridos en el Palacio de Edipo, en Tebas, y en sus alrededores.
Esta obra dura aproximadamente 1h. 10' y ha sido representada en el Teatro libre de Montjuïc (Plaza Margarida Xirgu, 1/ Pg. de Santa Madrona, 40-46) los días: Jueves 3 de diciembre, a las 19:30h.; Sábado 5 de diciembre, a las 22:00h. y Domigo 6 de dicimebre, a las 17:00h.

Escenografía: la representación, a pesar de que es una obra cláisca inspirada en la mitología griega, tuvo una ambientación bien diferente a la esperada. La mayoría del público, bajo mi punto de vista, esperaba un ambiente antiguo: vestuario de época, es decir, a la Grecia antigua, un escenario con paisajes como un palacio, en este caso el palacio de Edipo,... En general, más acercamiento a la obra original y su atmósfera. 
Sin embargo, la escenografía solo se sirvió de seis sillas color oscuro, cinco de ellas alrededor de una mesa cubierta con un mantel blanco de tela, con cinco copas y una jarra de cristal llenas de agua y platos, entre otros utensilios para comer. 
Aparte, la sexta silla estaba apartada de la mesa y allí se situaban en ocasiones, los personajes que habían de salir de la escena, o habían de aparecer desde lejos.
A mí, personalmente, que se utilizaran estos elementos para desarrollar la obra, me pareció un intento de familiarizarse con el público y de llegar a él, puesto que no hay momento más familiar en la vida cotidiana que cuando los miembros de una familia se unen en la mesa para comer y comentar las nuevas ocurridas.
 Y de hecho, fue un intento conseguido, pues con elementos de lo más comunes, sin necesidad de grandes artificios, representaron una gran obra. Por este motivo, a pesar de ser una decisión arriesgada, ya que quizá podría desubicar y desconcertar al público, me parece un elemento innovador y bastante lógico e ingenioso.

Música: era adecuada, para cada situación sonaba un tema que ayudaba a la puesta en escena y a la introducción del espectador en ella. La música estaba presente pero no robaba toda la atención del espectador, permitía un protagonismo de la voz del intérprete. Era más bien una ayuda al actor o actriz para dar más realismo a su intervención.

Iluminación: era básica, es decir, solo había enfocada la mesa donde se sentaban y actuaban los actores, la mayoría del tiempo sentados, con un foco blanco. Es decir, no se permitían despistes del espectador con el fondo de atrás, pues solo se observaba a los actores.

Vestuario: Aunque, yo personalmente, me esperaba que usaran prendas como himatión, clámide, peplo o chiton dórico o jónico, vistieron de una manera muy diferente a la época que desarrollaban. 
No todos los personajes van vestidos de la misma época: Edipo viste prendas de aproximadamente el siglo XVI-XVII d.C.
Creonte vestía ropa de traje gris más actual, y las tres actrices restantes vestían ambientadas en los años 1950 aproximadamente.
Pero curiosamente todas las vestimentas quedaban a corde juntas.

Aspectos interesantes:
  1. Los personajes masculinos como Tiresias, el Mensajero, el Pastor, el Sacerdote, el Sirviente y el Corifeo fueron representados por mujeres, las actrices Natalia Hernández y Elena González.
  2. El coro, que en la obra original de Sófocles mostraba la opinión del pueblo representada por los ancianos, era actuada por actrices jóvenes (Natalia Hernández y Eva Trancón).
  3. Un solo actor podía representar hasta cuatro o cinco personajes diferentes.
  4. Una pequeña crítica que muestro es que Paco Déniz, que interpreta a Creonte, no interviene en gran medida, en cambio Natalia Hernández interpreta cinco papeles, cuatro de ellos masculinos. Con esto me refiero a que se podrían haber repartido los papeles de una manera un poco más equitativa, ya que esta actriz en ocasiones representaba dos papeles seguidos y no se diferenciaba del todo bien el cambio de personaje, mientras que si uno de ellos hubiese sido de Paco Déniz, hubiese sido un aspecto o detalle que hubiese mejorado la representación.
  5. Los gestos que empleaban los intérpretes ayudaban al espectador a identificarse con el estado de ánimo del personaje. Ejemplo: Cuando Edipo estaba encolerizado lo mostraba golpeando la mesa en repetidas ocasiones; cuando el pastor pide compasión a Edipo se arrodilla ante él; Tiresias, que era ciego, no miraba fijamente a Edipo cuando le hablaba, simulando que no le ve; cuando el pastor quiere hacer callar al mensajero, se acerca a él violentamente como muestra de su enfado,etc.
  6. Hay una extraordinaria fidelidad a la obra original que podía percibir cualquier persona que se hubiese leído antes la obra.
  7. Pudiendo sacar más conmoción al público y sobre-saltarlo mostrando la muerte de Yocasta y la ceguera de Edipo, por ejemplo, deciden seguir el estilo clásico, censurando las partes violentas, como se hacía en el teatro griego antiguo para no escandalizar a los espectadores. Hacían saber estos sucesos violentos narrados por el Mensajero, testigo de todo.
  8. Aunque había mujeres interpretando papeles masculinos, la apariencia física de Eva Trancón  se caracterizaba, bajo mi punto de vista, con Yocasta, al igual que la de Paco Déniz con Creonte. Es decir, su apariencia física se identificaba con la que yo esperaba de los personajes.
Punto de vista personal:
La interpretación de los actores fue en gran mayoría bastante profesional, ya que se podía sentir la encarnación de los intérpretes en el papel que les tocaba representar. Los llantos de Eva Trancón, que encarnaba a Yocasta, eran del todo verosímiles y conmocionaban al espectador, a la misma vez que las suplicas del coro a Edipo.
Los actores supieron representar bien los atributos psicológicos de su personaje: se identificó la constancia de Edipo en conocer su verdadero origen, al igual que la intención de Yocasta por sacarle esa idea. También el deseo de convicción y de defensa de Creonte hacia Edipo para que este no crea que el primero ha conspirado contra él.
Es una representación que mantiene al espectador enganchado a la tramaba debido a la interpretación de los actores. Es una obra que a pesar de haber podido utilizar más artificio, diversos escenarios, y más ambientación en la época, ha sido mostrada de una manera de lo más sencilla que pretende protagonizar la actuación de los actores y no permite que el público se distraiga con elementos extraordinarios ni especiales. 
Es una obra sencilla pero cautivadora. 
Aunque al comienzo, el diálogo era más recitado que representado, cuando Edipo encarna la cólera hacia su tío y cuñado Creonte, comenzó la sentimentalidad del personaje.
Finalmente, un aspecto positivo de esta obra es que fue ganando valor a medida que transcurría: al principio, los actores no mostraban mucha afectación e identificación con el personaje. Pero a medida que se desarrollaba la trama, iba ganando y provocando emociones reales en los espectadores.

Opinión personal:
Edipo rey tiene una utilidad en la actualidad, pues es una especie de moraleja, de como el instinto de curiosidad insaciable que en ocasiones domina al hombre, puede llevarle a la propia perdición. Pues el hombre, a veces, por su propio bien debería dejar estar las cosas como están y no indagar en descubrir su origen, ya que puede resultar peor de lo que están.

Experiencia personal:
Las emociones que la obra provocó en mi fueron, a pesar de saber el desenlace de la trama, intriga por saber como sería representada e interpretada.  También experimenté una especie de exaltación en ver la cólera de Edipo hacia Creonte. Finalmente, sentí lástima y pena en observar como Edipo, un hombre que lo había conseguido todo en la vida, lo perdió por su propia necesidad de la verdad y de descubrir su origen.

Recomendación:
Recomiendo esta obra porque es una muestra fiel de la original de Sófocles, que a pesar de saber como acaba, pues hay mucha ironía trágica y elementos ambiguos que permiten al espectador predecir el desenlace de la obra, y el que ya lo conoce siente una especie de impotencia ya que sabe el destino de los personajes y observa como los fallos que cometen los llevan a su propia perdición. 
También hace experimentar al espectador emociones y lo conmueve al ver la desgracia en la que acaba la trama.



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