Inmortal celeste, de ornado trono, dolotrenzadora, Afrodita, atiende: no atormentes más con pesar y angustias mi alma, señora, sino ven aquí, si mi voz de lejos otra vez oíste y me escuchaste y dejando atrás la dorada casa patria viniste, tras uncir el carro: gorriones lindos a la negra tierra tiraban prestos con sus fuertes alas batiendo el aire desde los cielos. Y llegaron pronto, y tú, dichosa, con divino rostro me sonreías preguntando qué me pasaba, a qué otra vez te llamaba y que qué prefiero que en mi alma loca me suceda ahora: «¿A quién deseas que a tu amor yo lleve? Ay dime, Safo, ¿quién te hace daño? Pues, si huyó de ti, pronto irá a buscarte; si aceptar no quiso, dará regalos; te amará bien pronto, si no te ama, aun sin quererlo». Ven también ahora y de amargas penas líbrame, y otorga lo que mi alma ver cumplido ansía, y en esta guerra, sé mi aliada |
(http://www.ciudadseva.com/textos/poesia/euro/safo/safo.htm)
La autora del poema es Safo, poetisa lírica que nació en Lesbos. Perteneció al parecer a una familia noble. Los fragmentos que conservamos se los dedica a mujeres jóvenes y para las que compuso sus odas nupciales. Uno de sus temas era la exaltación de las mujeres. Su poesía se caracteriza por ser intimista y de tema amoroso.
Es un tema clásico (el amor) y un llamamiento a Afrodita. Está dividido en siete estrofas y cada una de cuatro versos. Tiene una estructura desequilibrada.
A lo largo del poema se muestra cómo la poetisa intenta que la diosa le ayude a superar la soledad y las penas. Safo añade sus sentimientos cosa que no era normal porque en la épica -que era el género que se escibía en su época- se explicaban hechos heroicos en tercera persona.
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